lunes, 10 de agosto de 2015

Las sombras atómicas.

Una bomba nuclear tiene muchos efectos. Destrucción inmediata por la onda expansiva, ser destruido  por la ola de fuego que desencadena, morir por los efectos de las quemaduras o por lo de la radiación, etc. Pero uno de los efectos menos conocidos son los de las sombras nucleares.
Días después de los fatídicos acontecimientos de Hiroshima y Nagasaki, los supervivientes y las fuerzas del orden japonesas comenzaron a hacer batidas por las devastadas ciudades buscando algún resquicio de vida, pero lo único que hallaron allí fue muerte y destrucción. Miles de los cuerpos de los fallecidos habían desaparecido calcinados por el fuego. Otros se encontraban mutilados. Todo estaba destrozado.
Hubo algo que les llamó la atención y que se comprendió más adelante. En algunas paredes y carreteras, que no habían sido derrotadas por las bombas, aparecieron unas extrañas sombras, muchas de ellas de figuras humanas o de objetos cotidianos.Unknown
Esas sombras no eran otra cosa que las sombras de esos objetos que quedaron grabadas en paredes y suelos cuando las bombas provocaron que se alcanzase el millón de grados centígrados. Fue tal la temperatura y el haz de luz, que la impronta de los objetos quedó marcada. La radiación posterior favoreció que esas sombras tomasen un tono blanquecino.+
Testimonio del horror. Mucho ya está borrado aunque a salvo gracias al fotógrafo Yahamata.150805170233_sombras_hiroshima_624x351_centrodelapazylamemoriadehiroshima

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