jueves, 25 de junio de 2015

La bandera de la discordia

Una bandera no debería ser motivo de discordia y más si esta es la de un país, símbolo de su historia, de su unidad y del devenir de los años sobre sus gentes y sus fronteras.

   En la mayoría de los países del mundo existe un respeto casi absoluto por los colores de la enseña nacional, independientemente de la ideología política que muestren esas personas. Esta frase no debería sorprender a nadie, pues lo normal es eso, respeto hacia ella, la quieras más o menos. Como siempre hay una excepción, que quizás confirme la regla o no, pero al menos da que hablar. Esa excepción es ESPAÑA.

  En el país de la piel de toro, como dijo el geógrafo griego Estabrón, el tema de la bandera es algo que solo está estandarizado en las gasolineras. Empezando por las comunidades con un alto índice de nacionalismo independentista que no sienten el estandarte nacional ( y que tampoco se le pide) y que lógicamente la ven como un némesis, tenemos a los republicanos, que la ven como un símbolo de la monarquía. En parte tienen razón, pero mientras que no llega el momento de la instauración de su nueva y deseada bandera,  no deberían ver en esta la defensa de la monarquía, deben verla como la del Estado español, el que les ha visto nacer y al que realmente quieren ( eso sí, sin rey que los represente).

  Por otro lado y este es el más grave, está el resto de la población. Aquel que no está dentro de los grupos anteriores, donde caben los políticos, los apolíticos, los que pasan de todo, los que se preocupan de todo... Este grupo es bastante numeroso y es el que realmente provoca que no se haga un uso correcto de la bandera.

  El problema viene desde que se ha identificado el sentirte español y, por tanto, mostrar tus colores, con ser facha. Por facha entendemos a aquellas personas ultraderechistas cercanas a las figuras dictatoriales (concretamente en nuestro caso a Franco). Bien es cierto que durante la época franquista el régimen se enarboló como el defensor de la bandera y muchos, por eso, siguen identificando la bandera con una época que por suerte hemos dejado atrás.

  Las personas de izquierdas en este país, españolas como las que más, temen identificarse con la insignia nacional, porque son ellos mismos los que tachan a los que lo hacen de fachas. Error. La bandera es de todos y nadie debería mirar a nadie mal por hacer uso de ella.

  Envidio otros países, como EEUU, que lo normal es tener una bandera en la puerta de casa. Nadie les mira mal. Es la bandera de su país y eso es algo que está por encima de ideologías y partidos políticos.

 Seamos más inteligentes que los políticos. Durante años el PP se ha identificado como el único defensor de la bandera. El PSOE, salvo excepciones, intentaba no acercarse mucho a ella hasta ahora, que parece que han espabilado y Pedro Sánchez está intentando cambiar esa imagen.

  La bandera es de todos y nadie debería sentirse violento por usarla y respetarla. Menos mal que siempre nos quedarán las gasolineras

domingo, 14 de junio de 2015

Juego de tronos ( o de bastones)

Estos días la política española está centrada en los posibles acuerdos entre partidos para coger el poder en consistorios y comunidades tras las elecciones del 24M. Ayer fueron los ayuntamientos los que se configuraron con algunas sorpresas y con la irrupción en las grandes ciudades de partidos ciudadanos que han acabado con el gobierno de los populares corruptos. A pesar de la noticiabilidad de estos acuerdos, el tema que más me intriga no es este, me preocupa y me desconcierta demasiado la política de Ciudadanos.

  Desde que inició su andadura a nivel nacional se les ha tachado de ser la marca blanca del PP, rascando aquellos votos de los conservadores resentidos con la tradicional derecha española. Ellos mismos se consideran un partido de centro con ideología cercana al PSOE, lógicamente intentan rascar votos a la izquierda menos radical. Pues en esta tesitura se presentaron en muchos ayuntamientos y en las comunidades en las que había elecciones, obteniendo muy buenos resultados. Mejor incluso de lo que ellos esperaban pues, en muchos lugares, tienen la llave para dar el poder a unos u otros y es aquí donde creo que el partido de Rivera se ha atascado.

  Nada más conocerse los resultados desde Ciudadanos se informó que darían su apoyo a la lista más votada siempre que esos partidos firmasen los acuerdos de regeneración democrática y anticorrupción  que ellos plantean. Esta firma la veo genial, pero ahí también surge mi duda. ¿Por qué apoyar a la lista más votada? ¿Y si la lista más votada no tiene ideas parecidas a las tuyas? ¿Y si la segunda lista más votada se acerca más a tus ideas pero no la votas por esta teoría?

  Esta política me huele a chamusquina. Creo que la estrategia de Rivera, que se llena la boca al decir que no quiere ningún poder, ni va a firmar pactos de gobiernos, sino que va a permitir simplemente la investidura, es la de mostrarse como un partido moderado y sensato de cara a las nacionales, pero hay ciertos aspectos que no pueden o no deben permitirse en esta supuesta regeneración política.

  ¿Es que será la misma la política que el PSOE va a poner en práctica en Andalucía y la política del PP en Madrid  o en Murcia? A los primeros ya los ha apoyado. A los otros los va a apoyar en breve. Una de dos o PP y PSOE tienen los mismos argumentos o a Ciudadanos les da igual lo que vayan a hacer, que ellos por llevarse notoriedad pública los apoyan por el simple hecho de firmar los pactos anticorrupción. ¿Pero en qué país vivimos? Eso no se debería firmar para gobernar, eso debe ser el mínimo para presentarte hasta a las elecciones de delegado de clase,

  Me duele decirlo, pero creo que Ciudadanos se está equivocando al apoyar indiscriminadamente a PSOE y a PP sin mirar políticas, porque parece que eso para ellos es lo de menos, pero quizá para el pueblo importe más. Esto les puede perjudicar en las nacionales aunque ellos no lo crean.

miércoles, 3 de junio de 2015

El sueño español.

Salió, sigilosa a estirar las piernas. Sabía que debía guardar silencio. Nadie podía conocer el cambio en su vida. Su vida misma correría peligro. No solo ella. Su familia y allegados podían ser víctima de este nuevo cambio. La fortuna le podría traer problemas.

  Cerró la puerta tras de sí. Se estiró como si hubiera pasado los últimos 400 años en una tinaja. Miró atrás y por fin se despidió del INEM. 633 € a tiempo completo le devolvieron la sonrisa.


martes, 2 de junio de 2015

La libertad del mal gusto

Que iba a haber pitada en la final de la copa del Rey era algo sabido por todos desde el momento en el que Barcelona y Athletic vencieron en sus respectivas semifinales. Que nadie iba a hacer nada por evitarlo, era otra cosa que se daba por sentado, puesto que nada se puede hacer en contra de eso. 

   Rápidamente el gobierno se ha lanzado a buscar culpables, poniendo en tela de juicio a ambos equipos, dirigentes a la cabeza, socios y algún que otro político de poca monta que se las da de gran ideologo.

  Ordenemos algo las ideas. Nadie debe buscar culpables ante este tipo de actos, puesto que no es delito mostrar el desacuerdo ante una situación política que, según una minoría de españoles, consideran injusta. La libertad de expresión de la que gozamos en España nos permite hacer este tipo de manifestaciones. Ahora bien, hay muchas cosas que son criticables. Nadie debería mezclar una fiesta del fútbol con la política. Cada uno debe tener su foro propio de debate. 

 Es cierto que las plataformas favorables a la independencia han visto el escaparate ideal para sus reivindicaciones, pero pienso que no ha sido el lugar más indicado. Voy a intentar explicarme. Athletic y Barcelona tienen muchísimos seguidores fuera de sus respectivas comunidades, sobre todo los segundos. Están jugando la final de la copa del Rey donde, al ser un acto oficial, suena el himno nacional, por lo que estés de acuerdo con el Rey, con el país  o con la organización del mismo, debes respetarlo. Si quieres pitar, gritar, reivindicar lo que sea, tienes las calles y las urnas, pero no un partido de fútbol.Yo nunca pitaría el himno de Cataluña, ni el de ningún país ni región. Así que los que pitan , que primero aprendan buenos modales y luego reivindiquen  otras cosas.

PD: la sonrisa de Artur Mas sobraba. Queda de manifiesto que es un político flojico flojico. La reacción del gobierno buscando culpables también. 


reprochable: risas y las plataformas