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miércoles, 2 de noviembre de 2016

Fumata blanca en la Moncloa

Después de más de 300 días sin gobierno oficial, ya tenemos presidente. Lo más triste de todo es que después de todo, partidos emergentes, golpe de estado interno en el PSOE, discusiones públicas en Podemos, caso Bárcenas, Rita Barberá y todo el clan, al final, al final de todo esto, va a gobernar el mismo. Aquel que todos demonizaron, el rival a batir, la úlcera de España para todos estos partidos, pues ese, ese, va a renovar su presencia en Moncloa... y gracias, pues ahora no tendrá mayoría absoluta, porque unas terceras elecciones lo habrían dejado bastante cerca.
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¿Qué ha pasado para llegar al mismo punto del que partimos hace un año? La respuesta es compleja y simple  a partes iguales, pues la debilidad interna de cada uno ha sido la desencadenante de un final, que, también es cierto, parecía la única salida. Empezamos por abajo para entender la cúspide.

  Ciudadanos, que antes de las elecciones de diciembre se llegó a mostrar ( según las encuestas) como una alternativa al poder, quedó como un partido importante pero sin más aspiraciones. Pasó de 40 a 32 diputados en seis meses.

 Podemos, que tras las primeras elecciones y sus 69 diputados parecía que podían dar un golpe en la mesa en la repetición electoral, no mejoraron tras su alianza con Izquierda Unida ( incluso perdieron un millón de votos). Las diferencias internas entre sus confluencias, la defensa a capa y espada del derecho a dividir y, sobre todo, las lucha entre la facción de Iglesias y Errejón, no lo hacían una alternativa viable al gobierno y más cuando el PSOE los había demonizado desde su propio nacimiento.

El PSOE es el que ha quedado peor parado con las convocatorias electoral. En ambas ha encontrado su suelo electoral, primero con 90 diputados y después con 85. A pesar de ello, su secretario general estaba contento porque había evitado ser superado por Podemos. Poco premio para un partido que ha gobernado España. Tras esto, el camino a seguir dentro del PSOE, marcó los pasos de Rajoy hacia la Moncloa. ¿Abstención, gobierno con podemos y los independentistas o nuevas elecciones? Todo era malo para la formación socialista, por lo que han optado por liberar una crisis de dimensiones incalculables, puesto que además de cargarse a su secretario general en un congreso extaordinario, le han dado el gobierno a Rajoy con su abstención.

  La conclusión a este caos es que estamos al igual que al principio...Mariano Rajoy al mando del ejecutivo, eso sí, sin mayoría absoluta. Algo es algo.

lunes, 29 de febrero de 2016

¿Cómo funciona esto de la investidura?


 Ya tenemos fecha para iniciar los pasos para elegir presidente. ¡Por fin! El dos de marzo se pone en marcha la maquinaria de la investidura, pero ¿Cómo funciona esto? Es aquí donde el Rey, como jefe de Estado, donde tiene unas funciones vinculantes.

 A diferencia de otros países y al contrario de lo que piensa mucha gente, los españoles no votamos directamente a los candidatos a la presidencia del gobierno. Nosotros, en función a la provincia a la que pertenezcas, votas a unos políticos vinculados a los diferentes partidos. Esos personajes son los que van a representar a tu provincia en la cámara baja ( congreso) y que posteriormente en las sesiones de investidura dan sus votos a su cabeza de lista ( Rajoy, Sánchez, Rivera, Iglesias...). Lo normal es que estos diputados voten a su líder, aunque hay antecedentes en la Historia de España en la que esto no ha sido así, que le pregunten a Simancas del PSOE en Madrid.
Pero antes de las sesiones de investidura, los responsables de los partidos más votados debes ser recibidos por el jefe de Estado, en este caso el rey Felipe VI, que es el encargado de, a uno de los candidatos, pedirle que formen gobierno, es decir, es el rey el que pide a uno de ellos que intente formar gobierno. Lo lógico ,y lo que ha ocurrido siempre, es que se lo proponga en primer lugar al partido más votado. Si este partido no consigue los apoyos suficientes el rey tiene dos opciones y es aquí donde nadie puede decidir por él, pues es potestad del monarca únicamente. El rey puede dejar que ese candidato más votado no consiga los apoyos suficientes y que , una vez pasados dos meses de la primera sesión de investidura, las cortes se autodisuelvan y se convoquen nuevas elecciones o tras un tiempo prudencial, si el primer candidato no consigue ser elegido presidente, el rey puede proponer otro candidato, en este caso suele ser el que ha quedado segundo en las elecciones. Si este tampoco lo consiguiera, pues el rey o bien elige a otro ( poco probable) o esperar a que pasen los dos meses.

Por último y para entender bien todo este proceso, falta analizar las votaciones de la investidura. Aquí hay dos momentos clave. La primera sesión de investidura exige que el candidato sea elegido con mayoría absoluta en votos. Debe sacar, al menos, 176 de los 350 votos.A esta votación solo puede presentarse aquel al que el Rey le ha mandado formar gobierno . Tras estas elecciones esto es poco probable, por lo que a partir de la segunda y sucesivas sesiones solo hace falta mayoría simple. La mayoría simple es que, entre los votos emitidos haya más a favor que en contra, por lo que aquí las abstenciones juegan un papel importante, pues no bloquean al candidato más votado. En esta segunda ronda ya  se puede presentar cualquier diputado, no es necesario que sea el designado por el Rey. Aquí Rajoy podría intentarlo de nuevo pese a haber rechazado intentarlo en primera vuelta. Si tras dos meses nadie saliera elegido, las cortes automáticamente quedan disueltas y 55 días después, como marca la ley, quedan convocadas nuevas elecciones. El 26 de junio sería el día.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Pacto medidamente arriesgado




Los 130 diputados que sumarán  PSOE y Ciudadanos con el acuerdo suscrito por ambos partidos no es de lejos suficiente como para que Pedro Sánchez se investido presidente, pero este acuerdo, que podría ser tachado de locura, está medido políticamente a la perfección, por lo menos por las dos fuerzas contratantes. Analicémoslo.

  Pablo Iglesias se ha dedicado a decir por activa y por pasiva que la única suma que le sale para que Pedro Sánchez se convierta en presidente nacional es la unión de las fuerzas de izquierda(161 diputados) y buscar la abstención de algunos partidos periféricos, pero este pacto podría perjudicar demasiado a los socialistas si al final no se concretase en una investidura. Tanto las bases del partido como la ejecutiva reniegan un pacto con Iglesias. El de Podemos, que en campaña lo hizo excepcional, se precipitó al exigir una vicepresidencia y ministerios claves para su equipo antes de sentarse a hablar de cómo arreglar el país. Demasiadas líneas rojas si lo que quieres es arrimar el hombro...más parece que está preparando unas hipotéticas elecciones en junio para acabar definitivamente con el dominio socialista en la izquierda.
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Retomo la idea. 130 diputados cuando la mayoría  está en 176 no son suficientes para formar gobierno, pero este acuerdo era la mejor forma de fortalecer a PSOE y Ciudadanos. Ciudadanos se quita de un plumazo lo que muchos decían de que era la marca blanca del PP y que sus votos irían a los de Rajoy. Pues no, sino que van al eterno rival y encima aceptando este intentar regenerar la vida política del país con una reforma "ligth" de la Constitución. Si la investidura de Sánchez fracasa, que es lo previsible, Ciudadanos se podrá presentar con más fuerza a las elecciones pues ha demostrado que quiere cambios y ha intentado que se lleven a puerto.
    En igual panorama se encuentra el PSOE. Sabe que va a ser muy difícil que pese al acuerdo con Rivera les salgan las cuentas, pero también sabe que un acuerdo con Podemos los podría dinamitar y esta es la mejor forma de volver a la primera línea de combate que perdieron cuando Zapatero. Nadie puede negar que estas negociaciones le están viniendo bien a los socialistas, pues mientras ellos dialogan e intentan desbloquear la política nacional, el PP día tras día se hunde en su corrupción interna calentando los banquillos de los juzgados de media España.

 Ahora bien, ¿Qué  hace falta para que este acuerdo llegue a buen puerto? Pues casi que un milagro. Necesitan que o bien los populares se abstengan en la votación o lo haga Podemos, cosa que parece harto improbable, pero eso será el mejor arranque electoral para los firmantes. PP y Podemos no piensan en España, piensan en ellos, argumentarán PSOE y Ciudadanos, mostrándose como los dos únicos que intentaron reconducir un país. PP y Podemos quedarán demasiado alejados del centro político y, como sabemos, los extremos no están siempre bien vistos

viernes, 25 de diciembre de 2015

El plan de Pablo Iglesias para acabar con el PSOE



Desde el mismo momento en el que se conocieron los resultados de las elecciones generales del pasado 20D, Pablo Iglesias, líder de Podemos, ya ha comenzado con su estrategia de destruir a la vieja izquierda y hacer de su partido el referente de esta ideología.

 Conseguir tal objetivo pasa irremediablemente por superar al PSOE, por lo que el Iglesias ha puesto su punto de mira en el secretario general de esta formación, Pedro Sánchez, al que las elecciones no lo han dejado en un posición excesivamente cómoda. Dentro y fuera de su partido le llueven las críticas pues pese a que ellos hablan de que han hecho historia en estas elecciones, han conseguido, 90 diputados, los peores resultados en unas elecciones para el partidos socialista.
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Si juntamos débil candidato socialista, mala situación general del partido  a nivel nacional con sus barones regionales, la andaluza Susana Díaz a la cabeza, en pie de guerra y la maestría de Pablo Iglesias en el tablero político, es normal que los ataques del de Podemos se centren en Sánchez.
Desde  la noche electoral empezó el ataque de Podemos. Allí, Iglesias ya le avisó que sería deshonrar a la izquierda si su partido, el de Sánzhez, pacta con la derecha, para luego matizar que una simple abstención del PSOE en la investidura daría el poder a Rajoy, que es lo mismo que pactar con ellos. Primer aviso. el siguiente movimiento es el de proponer o insinuar un pacto de izquierdas para desalojar a la derecha del poder, pero eso sí, Pablo iglesias pone como línea roja la celebración de un referéndum sobre Cataluña. Sabe que el PSOE no va a aceptar eso y que si lo aceptase por la ansias de gobernar, millones de sus votantes no se lo perdonarían.Segundo aviso. La espada de Damocles pende por tanto de la cabeza del líder del PSOE. Haga lo que haga será mal visto... aunque tiene una salida fácil, la de no apoyar ni a uno ni a otro y que se convoquen nuevas elecciones, donde Podemos también pisaría al PSOE puesto que muchos votantes de izquierdas verían a Pedro Sánchez un líder flojo.

Parece que estas elecciones van a medir la altura de Pedro Sánchez y ahí está Pablo Iglesias preparado para hacerse con la izquierda española.


miércoles, 23 de diciembre de 2015

Las urnas han hablado, pero ¿ahora qué? ¿Quién nos va a gobernar?

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Entre ellos anda el juego

El pueblo español ha ejercido su derecho a voto y con él ha fragmentado el parlamento. Era algo de esperar, pues los ánimos estaban bastante crispados con los dos partidos tradicionales y, según indicaban todas las encuestas, los partidos emergentes iban a ser capaces de capitalizar todo ese desencanto provocado por la corrupción y los recortes.
 Una vez confirmadas esas expectativas de fragmentación, llega el momento de intentar gobernar y para ello las sesiones de investidura. En la primera convocatoria de esta sesión, el candidato a presidente debe obtener mayoría absoluta en la votación, algo que ahora se antoja imposible pues ni sumando dos partidos ( salvo PP y PSOE) sale esta ecuación, máxime cuando hace falta que otros partidos no solo que no voten en contra del rival, ni se abstengas, sino que voten a favor de la investidura del partido rival. Si este primer intento falla, llega la segunda y sucesivas rondas, donde ya sirve con una mayoría simple, siempre y cuando esta supere a los votos en contra. El que quiere ser presidente debe lograr, al menos, que los otros se abstengan. Aquí es donde comienzan las negociaciones:

   1. El PP es el primero el que debe mover ficha. Con 123 diputados es el partido con más representantes en el congreso, pero lejos de los 176 que marcan la mayoría del hemiciclo y necesarios en la primera votación. Los populares cuentan con la abstención de Ciudadanos. El partido de Rivera dijo en campaña que no bloquearía la investidura de la lista más votada y que se abstendría. El problema para los conservadores viene marcado porque  PSOE y Podemos suman 159 votos, por lo que sería muy fácil bloquear la investidura de Rajoy. Aquí acaban las posibilidades del PP. Ahora le toca mimar a su archienemigo PSOE para conseguir, al menos, que no vote en contra.

2. Otro partido que podía gobernar sería el PSOE, pero los socialistas, hagan lo que hagan pueden salir perdiendo y mucho. Si no bloquea la investidura del PP, muchos simpatizantes lo tacharán de traición pues con sus votos está permitiendo que el enemigo coja el poder. Si, por otro lado, vota en contra del PP y quiere forman gobierno, necesita que otros partidos lo apoyen, pues el PP siempre votará en contra ( y más si han fallado las conversaciones que se postulaban en el anterior punto), por lo que a los 90 diputados socialistas hay que añadirle, mínimo los votos de Podemos.  La formación morada, que dijo en campaña que no apoyaría a nadie, se muestra ahora partidaria de pactar siempre que se cumplan las líneas maestras de su programa. La primera de ellas es que se produzca el referéndum sobre Cataluña. En el hipotético caso de que Pedro Sánchez aceptara esto, los cimientos del socialismo en España se tambalearían.

  Ambas situaciones han convertido a Pedro Sánchez, el que ha llevado al PSOE a los peores resultados en su historia, no solo a ser la llave del futuro gobierno de España, sino a que haga lo que haga, ser criticado, salvo, eso sí, que no apoye ni a uno ni a otro. Esta opción, que es la única que no fagocitaría de inmediato a los socialistas, acarrearía nuevas elecciones. La ley marca que dos meses después de iniciarse el proceso de investidura no hay acuerdo, automáticamente hay que celebrar nuevos comicios.

 Esto acaba de empezar. Siéntense y  disfruten  que poco a poco desgranaremos en el blog todos los pasos hacia la Moncloa.