Los 130 diputados que sumarán PSOE y Ciudadanos con el acuerdo suscrito por ambos partidos no es de lejos suficiente como para que Pedro Sánchez se investido presidente, pero este acuerdo, que podría ser tachado de locura, está medido políticamente a la perfección, por lo menos por las dos fuerzas contratantes. Analicémoslo.
Pablo Iglesias se ha dedicado a decir por activa y por pasiva que la única suma que le sale para que Pedro Sánchez se convierta en presidente nacional es la unión de las fuerzas de izquierda(161 diputados) y buscar la abstención de algunos partidos periféricos, pero este pacto podría perjudicar demasiado a los socialistas si al final no se concretase en una investidura. Tanto las bases del partido como la ejecutiva reniegan un pacto con Iglesias. El de Podemos, que en campaña lo hizo excepcional, se precipitó al exigir una vicepresidencia y ministerios claves para su equipo antes de sentarse a hablar de cómo arreglar el país. Demasiadas líneas rojas si lo que quieres es arrimar el hombro...más parece que está preparando unas hipotéticas elecciones en junio para acabar definitivamente con el dominio socialista en la izquierda.
Retomo la idea. 130 diputados cuando la mayoría está en 176 no son suficientes para formar gobierno, pero este acuerdo era la mejor forma de fortalecer a PSOE y Ciudadanos. Ciudadanos se quita de un plumazo lo que muchos decían de que era la marca blanca del PP y que sus votos irían a los de Rajoy. Pues no, sino que van al eterno rival y encima aceptando este intentar regenerar la vida política del país con una reforma "ligth" de la Constitución. Si la investidura de Sánchez fracasa, que es lo previsible, Ciudadanos se podrá presentar con más fuerza a las elecciones pues ha demostrado que quiere cambios y ha intentado que se lleven a puerto.
En igual panorama se encuentra el PSOE. Sabe que va a ser muy difícil que pese al acuerdo con Rivera les salgan las cuentas, pero también sabe que un acuerdo con Podemos los podría dinamitar y esta es la mejor forma de volver a la primera línea de combate que perdieron cuando Zapatero. Nadie puede negar que estas negociaciones le están viniendo bien a los socialistas, pues mientras ellos dialogan e intentan desbloquear la política nacional, el PP día tras día se hunde en su corrupción interna calentando los banquillos de los juzgados de media España.
Ahora bien, ¿Qué hace falta para que este acuerdo llegue a buen puerto? Pues casi que un milagro. Necesitan que o bien los populares se abstengan en la votación o lo haga Podemos, cosa que parece harto improbable, pero eso será el mejor arranque electoral para los firmantes. PP y Podemos no piensan en España, piensan en ellos, argumentarán PSOE y Ciudadanos, mostrándose como los dos únicos que intentaron reconducir un país. PP y Podemos quedarán demasiado alejados del centro político y, como sabemos, los extremos no están siempre bien vistos
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