jueves, 25 de febrero de 2016

El Brexit o cómo reirse de Europa

No me considero un defensor de la Unión Europea ni mucho menos. La considero un instrumento para que los poderosos se aprovechen e impongan sus reglas al resto de países europeos asociados. Aceptado esto, lo que no se puede consentir es que un país tenga privilegios dentro de la organización. Me refiero al caso de los ingleses.

 Los británicos nunca han sido defensores de una Europa unida. Nunca. Quizá sea por su condición de isla o por su carácter, pero solo se han relacionado con el continente europeo cuando realmente les ha hecho falta. Partiendo de esta premisa, entiendo perfectamente por qué, dentro de Reino Unido hay muchas voces que están clamando por salirse de la UE.  Reino Unido fue uno de los países fundadores de esta organización, pero con el paso de los años fue separándose de ella, siendo el momento cumbre cuando no aceptaron introducir allí el Euro, la moneda común europea.

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 Tras ese primer paso  ha llegado el momento del siguiente, lo que se conoce como el BREXIT ( combinación de palabras entre Británicos y exit) por el que Gran Bretaña votará el 23 de junio en referéndum si quieren seguir perteneciendo a la Unión Europea o si la dejan definitivamente.
 Pase lo que pase Europa va a salir perdiendo, sobre todo por una mala gestión de la situación. Sinceramente, que los británicos dejasen la UE no sería el fin del mundo ni las finanzas europeas se debilitarían demasiado, pues Reino Unido no se caracteriza por comprar muchos productos europeos y menos si son españoles. El problema radica en que sentaría un precedente peligroso; sería el primer país en abandonar el barco desde que se inició la unión allá por 1951. Europa perdería en ese sentido, pero si los ingleses siguen en Europa, que creo que es lo que va a pasar, Europa también pierde, pues la semana pasada se reunieron los primeros ministros de los países europeos para intentar encajar a Los británicos en Europa si al final no se van. Eso sí que me parece reírse de Europa y de los que la formamos. Los británicos llevan años quejándose de que reciben mucha inmigración europea y que las normas de libre circulación les obligan a que estos tengan los mismos derechos que los británicos, algo que ocurre en el resto de los países europeos, algo que es lógico. Pues no para los anglosajones, ellos quieren poder desplazarse libremente por Europa, venir a España a operarse, pero quieren restringir los derechos del resto de europeos allí. Lo peor, que si se quedan en Europa, van a hacerlo. El parlamento europeo, entre otros aspectos, les concederá eso. Una vergüenza.

 Si antes no creía en exceso en esto, ahora con el Brexit mi desencanto crece.

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