La luna azul

Tras unos 50 días sin nubes, estas han vuelto a nublar los despejados cielos del sur de España ( eso sí, sin una gota de agua por medio). Estas nubes secas pueden provocar que nos perdamos la "luna azul" que tendrá lugar esta noche, pero que nadie se asuste, que en realidad no se van a perder nada nuevo.

La "luna azul" ( "blue moon" como la denomina la NASA) no es otra cosa que la segunda luna llena dentro del mismo mes, cosa que ocurre debido a la diferencia que existe entre los meses del calendario gregoriano ( que es el que usamos para dividir el año en 365-366 días) y el calendario lunar, que ese sí que es exacto; hay una luna llena cada 29,53 días. Nada de que el satélite terrestre se ponga azul ni por el estilo.

Esto suele ocurrir cada tres años aproximadamente. La última "luna azul" ocurrió el 31 de agosto de 2012, mientras que para observar la siguiente deberemos esperar al 31 de enero de 2018.

Dos curiosidades más. El término de "luna azul" nació casi por casualidad dentro del folklore popular. En el siglo XIX algunos astrónomos que estudiaban la luna denominaron "luna azul" a ciertos fenómenos del astro que ni ellos mismos entendían bien. Posteriormente el periodista James Hugh, intentó explicarlo interpretando que la "luna azul" era la segunda luna llena del mismo mes. Desde ese momento la definición, aunque errónea, quedó grabada y es así como se conoce.

¿Existen realmente las lunas azules? Realmente no puesto que la luna tiene un color  y ese es invariable, pero lo que sí que existe, y ya ha ocurrido, es que podamos ver la luna azul, que no por ello significa que sea azul. Este fenómeno es posible verlo tras una fuerte erupción volcánica. En el año 1883 tras la erupción del volcán Krakatoa, en Indonesia, parte de las partículas de las cenizas que fueron expulsadas provocaron que la luna adquiriera esa tonalidad.

Definitivamente esta noche veremos la luna tal cual la conocemos, pero eso sí, sabemos que la de esta noche es especial porque recibe el nombre de "Luna azul".

¡MUCHA MIERDA!

Como muchas de las expresiones que utilizamos hoy día, es complicado encontrar el origen del teatral mucha mierda, entendiéndolo como el deseo de suerte entre los actores de las compañías artísticas.

   En la Edad Moderna, era típico que las obras se representaran en los corrales de los pueblos y hacia allí se dirigían personas de todos los rincones de las villas e incluso de las villas cercanas. La diversión en esta época escaseaba y cualquiera acto fuera de la rutina diaria era bienvenido entre las gentes de la época.

  Las clases pudientes, además de sentarse en los mejores lugares de los corrales de comedia ( primeros teatros) llegaban al lugar de la actuación en sus carruajes de caballos. Estos animales, aprovechando el momento en el que sus dueños se bajaban en la misma puerta del recinto, hacían sus necesidades, aculándose grandes cantidades de desechos animales a las puertas de los corrales.

   Justo antes del inicio de la representación, un miembro de la compañía que actuaba se acercaba a la puerta para ver la cantidad de desechos del noble animal. Normalmente gran cantidad significaba mucha afluencia de pudientes, por lo que la propina que podían recibir al finalizar la función podría ser mayor. Antes no se cobraba ningún tipo de entrada para ver estas funciones. El dinero que recibían los actores era el lanzado al final de la función por  los espectadores y no nos engañemos, no es lo mismo que las gradas se llenasen de campesinos que fueran pobladas por nobles y burgueses llegados a lomos de sus caballos. 

 Pues ahí queda el origen de expresión generalizada en el mundo del teatro. Mucha mierda le deseaban al miembro de la compañía que salía a la calle antes de la función.