miércoles, 5 de octubre de 2016

Autodestrucción activada

Y al final Susana Díaz sacó las uñas... El PSOE, partido por antonomasia en la Historia de España, llevaba sin timón claro desde que Zapatero abandonó el barco allá por los inicios de la crisis económica que no solo ha fagocitado a la clase trabajadora en España, sino que entre unas cosas y otras ha dado una estocada al partido del puño y la rosa. Si a esto le añadimos la irrupción de Podemos, a los bancos, a los ERES, a Europa, al PP, a la abstención, a las terceras elecciones y las uñas de Susana, tenemos la mayor crisis socialista de su Historia.

  Pedro Sánchez fue el primer Secretario General del partido que había sido elegido por las bases ( militantes). Antes se hacía mediante delegados. A pesar de ello, nunca ha sido un líder fuerte y muchos de los votantes socialistas no lo veían como un candidato firme a la Moncloa, pero es que dentro de su partido ha tenido voces críticas desde el mismo momento en el que fue elegido para devolver al partido al poder. Parte del problema de Sánchez, por lo menos a nivel interno ha venido desde Cataluña y Andalucía. Los socialistas catalanes, algunos de ellos díscolos con las ideas independentistas, le dieron algunos quebraderos de cabeza hasta que consiguió situar a Iceta al frente del PSC y depurar parte del nacionalismo en sus filas.

 Una vez aparcados los problemas por el norte, los cantos de sirena  procedían del sur. Susana Díaz emergía como la gran baronesa,  y parecía estar destinada, tarde o temprano,a liderar el PSOE nacional y eso, a Sánchez, no le hacía mucha gracia. El tono sosegado con el que empezó su idilio político se fue oscureciendo progresivamente hasta que la semana pasada fue la propia andaluza la que provocó el cisma que definitivamente acabó con el dirigente madrileño alejado de Ferraz.
Resultado de imagen de susana diaz y pedro sanchez
 No voy a describir el esperpento que se formó la semana pasada.  Ya hubo un seguimiento en directo cual final de Champions, pero la debilidad de unos dirigentes que piensan más en ellos que en su propio partido o en su país, ha llevado al PSOE a los pies de las fieras. Pedro Sánchez, en su afán de buscar los límites negativos del  partido, ha encadenado derrota tras derrota en todas las elecciones a las que los socialistas se han enfrentado, sin percatarse que el discurso de intentar formar gobierno ( algunas veces algo prepotente) agotaba a los barones territoriales. No con ello justifico el golpe de Estado que sufrió, solo digo que un dirigente sensato debía haberse apartado del cargo hace mucho, cuando aun no estaba el partido en el fango de la política nacional.