Promesas incumplidas

Otra vez una campaña electoral. Esta  a nivel nacional. Se busca nuevo presidente, o que repita el que está. Por tanto, llega el momento de prometer el paraíso puesto que las campañas electorales se basan en eso, prometer la tierra prometida para luego, si te he visto no me acuerdo.

 Es verdad que algunas veces, las que menos, algunos políticos cumplen algunas, escasas, de sus promesas electorales, sobre todo las realizadas a sus cercanos y a temas muy controvertidos como la religión o el aborto. Más allá de eso, poco más.

 Históricamente los programas están llenos de buenas palabras y mejores intenciones. De hecho, todos los candidatos son simpáticos, hablan con la gente, conceden entrevistas por doquier...hasta que llega el fatídico día, el de la investidura. Ahí todos se transforman, no conceden entrevistas o las hacen a través del plasma. Hacen ruedas de prensa y no aceptan preguntas, pero lo mejor y más sangrante para el votante es que pocas veces cumplen algunas de sus promesas electorales. Siempre hay escusas, que si una crisis, que si hay fallos técnicos, la herencia recibida...

Por este motivo, uno de los puntos básicos que no solo debiera existir en un programas sino que debiera ser ley de Estado es que un partido que no cumpla sus promesas y que no haya motivo excesivamente justificado, a los dos años pueda ser revocado. Esto lo tiene en su programa Podemos. Un acierto si realmente se llevase a cabo por todos.

Pero, salvo un cambio radical en la política española, será más de los mismo. Promesas y simpatía hasta el 20 de diciembre. Desde aquí, ya veremos.