La función docente de Ciudadanos

Carta de un docente.

   En las últimas fechas ha llegado el ataque frontal a Ciudadanos, la formación emergente de Albert Rivera que en las últimas fechas crecía encuesta tras encuesta. Había que frenarla pensaron desde el bipartidismo y eso han hecho, o por lo menos intentado.

  Cuando la cosa pinta mal, los políticos usan a los funcionarios y en especial a los docentes para echarles encima al resto de la sociedad, casi culpándonos de todos los males que acechan al país y así, de esta forma, los políticos consiguen que la atención se desvíe hacia otro lugar.

Ahora, con el bipartidismo dando sus últimos coletazos, vuelven a hacer uso de nosotros pero esta vez para espolearnos y que seamos nosotros los que les echemos esa mano que siempre nos han denegado. Buscan que les ayudemos a frenar a Ciudadanos. El argumento esgrimido es un punto del programa de la formación naranja en el que hace especial mención a la función docente. Copio literalmente del programa del equipo de Rivera:

“El sistema es excesivamente garantista con determinados docentes a los que resulta imposible cesar. Se puede cuestionar la funcionarización, pero sobre todo se debe poder revocar al docente en su puesto si es extremadamente ineficaz o en el ejercicio de su profesión crea alarma social”

Esto, que es público desde verano, es el arma usado. ¿Realmente hace daño a algún docente que cumpla con su trabajo? ¿Quién tiene miedo de que se tomen medidas de este tipo?

  Leyendo entre líneas no quieren cuestionar que seamos o no funcionarios, lo que recalcan es que es muy complicado sancionar a aquellos docentes que no cumplan sus funciones. Bajemos a la realidad y al día a día de las aulas. La inmensa mayoría de los docentes cumplimos escrupulosamente nuestras funciones. Mejor o peor, pero cumplimos con nuestra misión. Nada que temer por tanto. Si alguien teme será porque algo no hace bien. Con estas medidas se acabará el estigma que nos rodea, que no hacemos nada y que no nos pueden echar. Esto dignificará nuestro trabajo, puesto que el que no cumpla podrá ser sancionado, como en cualquier otro trabajo.

El ser funcionario no nos debe eximir de cumplir nuestras responsabilidades, por lo tanto, seamos coherentes y no tengamos miedo a demostrar que trabajamos bien y que mucha culpa de que la educación no funcione no la tenemos nosotros, quizá sea que el sistema no nos respalda y solo nos usa cuando le interesa. Somos moneda de cambio y no debemos entrar al trapo. Quien no nos quiera valorar que no nos valore, pero no le ayudemos a acabar con quien no quiere acabar con nosotros. Si saltamos como fieras ante estas medidas damos pie a los que nos critican.

 POR UNA EDUCACIÓN PÚBLICA DE CALIDAD.