miércoles, 9 de septiembre de 2015

¿Qué te pasa España?

Una espiral de problemas, desesperación y desconexión con el público se ha asentando en la selección española de fútbol. La misma que hace unos años conquistó, brillantemente, un mundial y dos eurocopas consecutivas, ha apagado la luz.

  Tras la estrepitosa eliminación del último mundial, la "roja" está depresiva.  De vez en cuando hacen un partido vistoso, como ocurrió el pasado fin de semana contra Eslovaquia, pero pronto presentan un fútbol ramplón como el que mostraron anoche frente a la débil Macedonia, que solo fue superada por el combinado nacional con un gol, a lo Goikoechea, de Mata.


 Si el problema solo fuera el juego desplegado, el problema sería menor, puesto que tarde o temprano, con buenos jugadores, podrían volver a demostrar que en España se juega bien al fútbol. Pero no es solo una eventualidad la que ataca a los hispanos. Varios factores se han aunado y hacen que la situación no solo no mejore, sino que parece que sigue empeorando.

 1. La transición de la generación de la España ganadora a esta España no está funcionando. Bien es sabido que muchos de los campeones del mundo siguen jugando ( Casillas, Iniesta, Silva, Ramos) pero otros, por edad, han dejado su puesto y parece que esa mezcla de juventud y veteranía no está dando sus frutos.

2. Demasiados problemas extradeportivos están afectando a la actual campeona de Europa, sobre todo centrados en la figura de Gerard Piqué. El futbolista del Barça es continuamente pitado por la afición española por sus salidas de tono, sus bromas y por sus coqueteos con una posible Cataluña independiente ( él nunca se ha declarado abiertamente independentista)

3. La afición ha desconectado definitivamente con la selección. Después de años tan gloriosos como los pasados, es normal que el aficionado, acostumbrado a ver a la selección por fin en lo más alto, sea más exigente. La desavenencia viene cuando no se llenan los estadios, los entrenamientos están casi vacíos y las audiencias televisivas han bajado. La "roja" ya no engancha como antes.

  Lo bueno de la situación es que es fácilmente reconducible. Tres partidos buenos, una victoria contra algún equipo puntero y, sobre todo, la sensación de que pueden volver a luchar por hacer algo grande, traería consigo el bienestar nacional perdido en estos últimos dos años.

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