No está catalogado como tal, pero ser entrenador del Real Madrid debería ser considerado como una profesión de riesgo ( aunque en los honorarios si que sale reflejado) aunque te llames Zinedine y te apellides Zidane. El galo trajo a los blancos aires de esperzanza, respeto y trabajo que el meticuloso Benítez no consiguió inculcar. Los jugadores no lo querían y eso ya se vio desde la pretemporada.
Los jugadores, la mayoría de ellos, no entendieron a Benítez o no quisieron hacerlo, pero, sin mediar motín a bordo mediante, consiguieron que después de Navidades el entrenador madrileño fuera despedido. Sin entrar a valorar la actitud más o menos profesional de los jugadores, apareció Zidane, leyenda blanca pese a que solo estuvo 5 años vistiendo la elástica blanca. Benzemá lleva 7, pero el carisma que impartía el 5 le ha hecho un hueco en el museo de la ideas blancas. Con estas cartas cogía las riendas del primer equipo.
Futbolísticamente cogía un equipo sin rumbo en el campo, desanimado, con jugadores desconectados, a cinco puntos del Barca en la liga, eliminado de la Copa y clasificado para octavos en la Champions. No es la mejor forma de llegar, pero había partidos suficientes para lavar la imagen del equipo.
Desde la presentación del cuerpo técnico, el ambiente en el vestuario cambió. Ahora todos son felices, risas, carreras, ambición, más compromiso. Estos valores , quitando la felicidad y las risas deberían haber rodeado al equipo en la era Benítez, porque es su profesión, su trabajo y su compromiso, pero... son estrellas y juegan en el Madrid.
Tras los dos primeros partidos, donde los jugadores se dejaron la piel y golearon a equipos asequibles en el Bernabéu, estalló el júbilo y la ilusión. Todo era posible, incluso algunos decían que ya se notaba en el juego la mano de Zidane, pero el tiempo parece quitarles la razón. Las tres salidas en liga ( Betis, Granada y Málaga) han demostrado que el equipo está roto futbolísticamente, juegan andando y ya están a 9 puntos del Barca, por lo que el efecto Zidane ha durado poco más de un mes. Podrán ganar la Champions, nadie lo duda, pero la forma en la que se arrastran por los campos, esté al mando Zidane, Benítez o el que sea, deja mucho que desear para unos futbolistas con sueldos astronómicos y que representan al mejor equipo del siglo pasado.
Eso sí, son felices.