Muchas veces no gana el mejor ni el que mejor lo hace. Tampoco se premian muchas veces las buenas intenciones. Otras veces en cambio es mejor no hacer nada y esperar que el rival caiga de maduro o se resten entre ellos. Esto es lo que pensaría Mariano Rajoy para explicar el éxito de su partido en las elecciones generales del 26J. Solo él hubiera vaticinado este éxito. El resto de los mortales no apostábamos por esta jugada.
Desde que su partido venció por la mínima las elecciones pasadas y con una mayoría solvente por la izquierda para desalojarlo de la Moncloa, el actual presidente del Gobierno en funciones se dedicó a no hacer nada, a esperar y ver como el resto de partidos no se ponía de acuerdo pese a las buenas intenciones de algunos.
Si a esta inacción le unimos el incesante goteo de casos de corrupción que siguen salpicando a los conservadores españoles, era de extrañar que el candidato de los populares renovara en la presidencia, pero sorprendentemente han sabido leer bien la campaña electoral y aferrarse al voto del miedo ( el que ellos denominaban útil) casi clamando ¡que vienen los de Podemos! y les ha salido la jugada redonda.
Hace 6 meses, cuando el jefe del Estado le pidió, como fuerza política más votada, que formase gobierno, el de Ponferrada pasó palabra. 180 días después y 14 escaños más casi que le obligan a formar gobierno y más cuando la segunda fuerza política en España, los socialistas, han declarado que España los ha mandado a la oposición; así que la pelota, sea como fuere, imputada o no, ha caído en el tejado de Rajoy y a este le toca mover ficha.
¿No has visto una extraña coincidencia entre el incremento de votos por correo (abstencionsitas el 20D) y el de votos al PP?
ResponderEliminar¿No has visto otra no tan extraña coincidencia de un incremento de la abstención "física" idéntico al resultado de IU?
¿Atas cabos?