Dentro de nuestro sistema de organización son tantas las cosas que cambiar que no sabría ni por donde empezar, pero algo que sí cambiaría sería la ley electoral. Desde el principio soy de los que piensa que un voto es un voto y este debe valer lo mismo en Tarifa que en Vic y que la división debe ser dejando a un lado la ley D´Hont, que es compleja hasta de denominación.
Otro aspecto algo absurdo es la existencia de la denominada jornada de reflexión, en la que actualmente nos encontramos. Hoy, es el único día en toda la campaña electoral en la que no se puede pedir el voto, pues se supone que han de dejarnos que tomemos una decisión acertada y no debemos dejarnos influenciar por nada ni nadie. Si bien es verdad que han tenido suficiente tiempo para pedir el voto, creo que es una contrariedad que el día antes de las elecciones se desconecte de esta forma. Creo que en pleno siglo XXI y con las redes en ebullición, esta y otras normativas rozan ya lo absurdo.
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