lunes, 30 de junio de 2014

Los disparos que cambiaron el rumbo de la humanidad

El sábado 28 de junio se cumplieron 100 años de uno de los acontecimientos que cambiaron para siempre la Historia de la humanidad. Siempre habrá un antes y un después de la Primera Guerra Mundial, conflicto que se desencadenó por el asesinato del heredero al trono austriaco, el príncipe Francisco Fernando. En el atentado también falleció su esposa Sofía. Siempre se ha dicho que la Segunda Guerra Mundial fue mucho más destructiva que la Primera, pero no se puede entender una sin la otra. La segunda es una consecuencia directa de la Primera.
  Volviendo al aniversario del atentado, es curioso como un cúmulo de casualidades provocaron el asesinato del príncipe austriaco, porque aunque el archiduque ya había sido víctima de un atentado, este no estaba preparado para ese día ni para esa hora. Tampoco nadie esperaba que dos disparos realizados por alguien que almorzaba en una terraza en Sarajevo, provocase el mayor conflicto bélico de la Historia hasta ese momento.

 La siempre conflictiva zona de los Balcanes se encontraba bajo dominio austriaco a principios del pasado siglo. Los reyes del viejo reino austriaco no eran muy queridos por aquella zonas, por lo que el heredero al trono decidió visitar esa provincia para acercar vínculos con los habitantes balcánicos. La misma mañana del fatal desenlace, la comitiva real ya había tenido que esquivar un intento de atentado cuando desde un balcón le lanzaron una bomba. La acción no tuvo consecuencias puesto que el explosivo no llegó a detonar.  El archiduque debió suspender la visita, pero contra toda lógica, no lo hizo. Tras una visita al ayuntamiento de Sarajevo, el alcalde la ciudad, temiendo que una nueva emboscada acabase con la vida del heredero, lo convenció para que cambiara la ruta y evitase pasar por las tortuosas calles del centro de Sarajevo.

  El príncipe austriaco aceptó, pero nadie avisó al chófer. Justo cuando la comitiva se dio cuenta del fallo, detuvieron el convoy real y comunicaron el cambio de rumbo al conductor. El coche descapotable se detuvo ante la famosa pastelería Moritz Schiler, donde un joven serbio de 19 años tomaba un sandwich. Este estudiante casualmente iba armado y pertenecía a un grupo terrorista llamado la mano negra,  que en diferentes ocasiones había intentado acabar con la vida del futuro emperador de Austria. Todo estaba a su favor. Nadie contaba con que él estuviera allí. Él mismo tampoco esperaba una oportunidad de tal magnitud. 
Mientras el coche era empujado hacia el cruce más cercano, puesto que carecía de marcha atrás, Gravilo Princip no lo dudó. Dejó su mesa, tomó su arma, se subió al alero del vehículo y disparó en dos ocasiones, una a Francisco Fernando y otra a su esposa Sofía.Esta última moría al instante. El heredero agonizó durante media hora.

 Un mes después, como ya veremos en otra entrada, estalló la Primera Guerra Mundial, pero este acontecimiento, lleno de casualidades, fue el detonante que acabó por provocar el inicio de un conflicto que llevaba más de 50 años gestándose y que necesitaba de un magnicidio de este tamaño para dar el empujón definitivo.

 Nadie sabe si la guerra hubiera estallado sin este suceso. Muchos historiadores opinan que no. Otros dicen que era tal el odio que existía en Europa que tarde o temprano esto ocurriría. Lo único seguro es que este cúmulo de  desgracias acabaron con la vida del heredero austriaco y dio comienzo la catástrofe de la que surgieron el resto de las acaecidas en el siglo XX

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