martes, 12 de diciembre de 2017

El nuevo monstruo político catalán

El desafío independentista catalán está modificando muchas cosas no solo a lo largo de la geografía catalana, sino que en todo el conjunto del país se están sufriendo los estragos del "proceso". Desde las banderas de los balcones, algo impensable hace unos años, hasta la reafirmación de la identidad española por buena parte de los ciudadanos, pero lo que más me llama la atención no son estos hechos, sino que estamos asistiendo al nacimiento de una clase política con sede en Cataluña y con unas dotes oratorias fuera de cualquier lógica racional.

  La máxima exponente de esta nueva generación es la número 2, ahora la 1 por la situación carcelaria de Junqueras, de Esquerra Republicana, Marta Rovira. Esta señora representa la vanguardia del independentismo catalán, culto, bien hablado y que todo lo que dicen lo confirman con fuentes fiables. Si veo un micrófono, pues me lanzo a hablar sin pensar lo que estoy diciendo, porque aunque de cada tres palabras que diga cuatro son inventadas, no pasa nada, hay una horda descontrolada de independentistas que le han dado carta blanca a sus políticos.
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   Esta política cada que vez abre la boca queda retratada. Veamos algunos ejemplos:
    - En el cara a cara con Inés Arrimadas en Salvados, la política independentista argumentó que el Estado español tiene sometidas a todas las comunidades cortándoles su libertad argumentando que la Constitución española en su artículo habla de la indisolubilidad del territorio. Se lo puso fácil a Arrimadas puesto que la Constitución catalana ha copiado ese artículo literalmente. La respuesta del nuevo monstruo político fue decirle Jordi Évole que ella no puede hablar con la otra señora puesto que nunca se van a poner de acuerdo. No pasa nada, tengo los votos asegurados, pensará ella.

  - Una mañana va a la radio y se le ocurre soltar que el Estado español amenazó a la Generalidad de Cataluña de que si no paraban la declaración unilateral habría muertos en las calles. Tiempo después el propio Puigdemont dijo que no tenía constancia de tal amenazada. Rovira antes de reconocer su mentira dijo que si ese comentario servía para que el Estado no lo hiciera nunca, pues bienvenido sea. No pasa nada, tengo los votos asegurados, seguirá pensando la ilustrada catalana.

 - Otra mañana se le ocurre comentar que ellos nunca han ido de forma unilateral ( realmente todo ha sido de forma unilateral) y que es un invento del Estado. Al rato confirma que si el Estado no reconoce el resultado de las elecciones, ellos van a seguir con la unilateralidad. No pasa nada pensará ella, me van a seguir votando, pues tiene el mismo nivel cultural que la mayoría de sus votantes.

    Estos son algunos ejemplos de lo que está ocurriendo en Cataluña. Cada uno es lícito de defender lo que quiera. Si eres independentista, pues muy bien, pero una persona que mínimamente tenga un poco de educación, se debería dar cuenta de que el movimiento político está basado en mentiras, engaños y que los que lo dirigen además de demostrar su poca valía, los están llevando a un camino espinoso y del que no saben cómo van a salir. Se aprovechan de la fidelidad incondicional de la irracionalidad de la mentira, justificada impunemente por más mentiras

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