Da igual que las elecciones sean nacionales, locales, regionales o europeas. Hay mucha pasta en juego y el acceso al poder y a otras cosas alejadas de sus menesteres públicos que son los que a ellos les gustan más, pero que hoy no es el día para hablar de ello.
El político, que normalmente si está en el poder nunca quiere conceder entrevista, es ahora el que busca desesperadamente el micrófono del periodista que antes no quería ni ver. Brutal transformación. Ahora prometen soluciones. Me hacen gracia esa soluciones mágicas y más cuando ellos mismos están en el gobierno de esas regiones, por lo que me pregunto que por qué no lo hacen antes de las elecciones. Si tienen la solución a todos los males pues que las apliquen lo antes posible, pero claro, hay que ganar las elecciones.
Pero no son solo los políticos los que cambian su cara. Sorprendentemente todo cambia su cara. Las calles por arte de magia se limpian, los parques ( excepto el de mi pueblo se limpian), se cambian las farolas, se pintan los "ceda el paso". Una carrera contrareloj. Siempre al final. Como si no hubiera habido tiempo antes de arreglar las cosas antes, pero es que los votos son muy golosos.
Los que están en la oposición tampoco es que cambien mucho la cosa. La "tierra prometida" será entregada a los fieles si les votan. Programas políticos realmente ambiciosos inundan buzones ( que gracia que ya envían el voto hasta en metido en su sobrecito). Luego nada. Ni rastro de esas promesas. Siempre dirán que la herencia recibida no les deja hacer nada.
Españoles, disfrutad hasta el 24 de mayo, día de las elecciones. Hasta ese día somos importantes. Tras ese día volveremos a ser peones. Simples números. Eso sí, hasta finales de año que hay elecciones nacionales. Volveremos a ser importantes. Al igual que volvieron las oscuras golondrinas, volverán los obreros a las plazas, a pintar las carreteras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión me importa