Parece que el Presidente Mas no se ha cansado de lanzar órdagos y desprecios al resto de los españoles. Si, al resto de los españoles, porque por mucho que protesten, pataleen y vayan a quejarse a Europa, son españoles.
Debo reconocer que al principio argumenté que todo esto era una maniobra política para ganar las elecciones de la crisis, puesto que dada la crisis actual y los inmensos recortes en todas las autonomías, es raro que un gobierno repita en el poder. La crisis agota. Sigo pensando que todo procede de eso, de las promesas electorales. Más, con su argumento independentista, podría ganar las elecciones, Cataluña mucho dinero y su tan ansiado pacto fiscal. El problema es que al tener que llegar a acuerdos de gobierno con los radicales catalanes se ha metido en un callejón sin salida. Una calle bloqueada por las leyes que los propios catalanes apoyaron no hace tantos años.
Esta semana el presidente de la Generalitat con sus socios han convocado el Referendum para el próximo año, concretamente para el 9 de noviembre. Consulta que nunca se podrá llevar a cabo porque una Comunidad no tiene potestad para convocarla. Es decir, convocan algo que nunca podrán hacer. En resumen, están tensando la cuerda y están encendiendo a la ciudadanía.
Los políticos catalanes, muy ávidos, están aprovechando el poder de las masas. Independientemente del sentimiento que puedan tener ( estoy seguro que muchos quieren la independencia, pero creo que hay más a los que no les interesa) se sienten traicionados. Y eso no es porque nadie vaya en su contra, es lo que les están argumentando desde Cataluña. El presidente Mas sabe que tiene que hacer recortes. Menos dinero para sanidad, para educación. Ya no hay tantas ayudas sociales. Todas, medidas impopulares. Aquí es donde el presidente usa a la población. ¿Cómo lo hace? Pues sencillo. Diciendo que la culpa de todo la tiene el resto del país. Según Cataluña el problema radica en el dinero que le debe el Estado. Con ese dinero no habría crisis en Cataluña ni recortes. Claro es un argumento muy simple. Tampoco piensan en la financiación irregular de los partidos, el espionaje pagado con fondos públicos,
el caso la concesión de las ITV, realizar campañas en favor de la independencia
con fondos públicos... A lo que habrá que sumar la incompetencia de la mayoría
de los políticos y el dinero que casualmente se les pega y del que no tenemos
ni idea. Pues bien, todo esto pasa en toda España, pero Cataluña es diferente.
Siempre con lo mismo. El Estado no les da lo que les corresponde. Cartagena
tampoco lo recibe y no por eso salimos a la calle pidiendo romper con el
Estado.
Concluyendo. La situación catalana no es
que me tenga en vilo, lo que pasa es que sirve como cortina de humo para
distraernos de los problemas que realmente no importan. Me vergüenza debería
darles estar todo el día con esto cuando ayer salió a la luz que una familia al
completo había muerto intoxicada por comer productos caducados porque no tenían
dinero para comprar nada. Esa es la realidad de España, por lo que habría que
luchar. Creo que no es el momento de independencias ni de política barata. Es
el momento de solucionar problemas entre todos.
Lo que no sabe el Presidente
Mas ( bueno si lo sabe pero se niega a reconocer) es que una Comunidad nunca
podrá independizarse del resto por mucho que quiera. La soberanía nacional ( de
toda España, incluida Cataluña) reside en el pueblo, en los ciudadanos
españoles, entre los que están los catalanes, con los mismos derechos que los
demás, pero no con más. Si en algún momento se plantease realmente la posible
secesión de un territorio deberíamos ser todos los ciudadanos españoles los que
expresáramos nuestra opinión, no solo los habitantes de la zona que quiere
hacerlo. Le recuerdo al presidente que allí viven muchos murcianos, extremeños,
andaluces...
Claro y seguro que aquí el super
president catalán me dirá que todo pueblo tiene derecho a decidir. Tiene razón,
todos podemos decidir, pero todos, no solo ellos, puesto que nos afecta a todos
y no solo a ellos. Yo creo que la decisión de romper un país que está unido
desde la época de los romanos es algo que por lo menos deberíamos decidir
todos. Y sí, estamos unidos desde los romanos. Algún día lo explicaré. Lo que
pasa es que con eso tiraré por los suelos parte de las aspiraciones catalanas.
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