Si por algo se caracteriza, se ha caracterizado y, adivino a su suponer, caracterizará al PP de Rajoy y compañía, es la archiconocida y pepera inacción. Tirando de RAE y su diccionario, el vocablo inacción define la falta de acción, como la que demuestran en Cataluña, en Europa, en Gibraltar, ante cualquier problema en general o particular y ahora también en Murcia. Es cierto que a nadie le sorprende ya esta acción del partido en el poder, pues más que acción es estrategia y ¿por qué no decirlo? Les va muy bien con ella. Siguen gobernando, que no es poco para lo que les cae desde los tribunales y las cajas "bes". Pero lo de Murcia ya roza lo inmoral, pero no por su parte únicamente, sino por sus socios de ciudadanos, que parece que han entrado en la velocidad ralentizada de la derecha española. Metámonos en materia.
El PP ganaba en Murcia las elecciones regionales en 2015, pero esta vez sin mayoría, Parecía que el feudo del PP por el sur podría hacer aguas ( y nunca mejor dicho). Ahí salió la formación naranja para darles el diputado que les faltaba para evitar un gobierno de izquierdas. Hasta aquí lo veo todo correcto y hasta lógico. Los de Rivera, en su versión murciana, le exigieron que si en algún momento Pedro Antonio Sánchez ( desde ahora PAS), candidato del PP a la presidencia regional, era imputado en alguna trama con vinculaciones políticas, debía dimitir de inmediato, sin esperar a que se abriera juicio oral. Esta medida, del agrado de gran parte de la ciudadanía, fue aplaudida por el propio PAS, que se le llenaba la boca al decir que si él era imputado dimitiría sin que nadie se lo pidiera. Eso era amor a primera vista. Todo perfecto.
Pero la llegada del 2017 no le sentó nada bien al presidente murciano. Un auditorio en Puerto Lumbreras financiado con dinero público ( 6 millones) le han llevado a ser imputado ( ahora esa figura se denomina investigado), Comienza la inacción. Nada. Nada. Sigue sin pasar nada. Hasta que los riveras murcianos le recuerdan su acuerdo. Nada de nuevo. Aferrado al trono. El argumento oficial es que hablaron de imputación una vez abierto el juicio oral, no antes. Ciudadanos niega la mayor, pero acabar con un gobierno regional no es asunto baladí y empieza a temblarle el pulso. Efecto directo de la inacción del PP.
Ciudadanos, contagiado por su socio, pide la salida fácil, la que el PP coja y cambie a PAS por otro, pero estos han llegado hace poco a la política y nunca habían leído un periódico, pues el PP solo deja caer a uno de los suyos cuando ya están siendo devorados por la fieras y, normalmente, acaban ellos comiendo y haciéndose los ofendidos ( Bárcenas y compañía).
Para enrocar más el ajedrez murciano, no se le ha ocurrido otra cosa al gobierno murciano que, aunque descabezado pues ahora mismo PAS "pasa" de Murcia, que demostrar que trabajan retocando y concediendo el concierto de los bachilleratos también a los institutos concertados. Otra patada a la pública y la comunidad educativa en la calle. Lógico al ver tal despropósito. Mientras Ciudadanos sigue pensando...hasta que se les ocurre una vía alternativa, el conocido "camino de en medio". No es otra cosa que al ver que el PP inacciona, ( y eso que le han dado semanas de margen) acordar con el PSOE una moción de censura, pero no para quitarle únicamente el poder al PP, sino con el objetivo de convocar nuevas elecciones. Ahora el PSOE se niega a eso. Han visto sangre y quieren cazar una presidencia perdida en los noventa. Moción si, pero para gobernar ellos.
Murcia es un puzzle donde las fichas se ponen lentamente mientras desde la sede del PP nacional, guadaña en mano, defienden a su presidente murciano. A ver lo que les dura.
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