Siempre se ha dicho que España es diferente.
Realmente lo es. También Francia es diferente, Brasil. Cada país tiene unas
determinadas características que la hacen diferente y al mismo tiempo genuina.
Lo que sí es verdad es que algunas de
nuestras costumbres son diferentes a la de los países que nos rodean y que
ellos comparten. ¿Por qué en toda Europa se come a la 1 del mediodía y se cena
antes de las 8 y aquí en España se hace a las 14.00 y a las 21.00?¿Por qué se
entra más tarde al trabajo y también se sale más tarde?
Muchas veces hemos caído en el recurso fácil.
España es diferente. Realmente y en estos casos no es solo por eso, que
también, algo tiene que ver que nuestra hora no se corresponde con la hora que
deberíamos tener.
Puesto que la Tierra es redonda y tarda 24
horas en dar una vuelta sobre sí misma, el hombre la ha dividido en 24 franjas
horarias, que se corresponde, cada una de ellas, con una hora. Estas franjas
reciben el nombre de husos horarios. No fue hasta el año 1884 en la conferencia
de Washington cuando la mayoría de los
países aceptaron esta división imaginaria de la Tierra. Gracias a ella existe
una hora oficial. El objetivo es que en cada lugar del mundo al marcar el reloj
las doce del mediodía, el sol esté siempre a la misma altura.
España hasta el año 1942 sí que estaba en el
huso horario que le corresponde, el mismo que los ingleses, portugueses y
franceses pero ahora tenemos una hora más que ellos (a excepción de Francia) y
eso que estamos, aproximadamente, en el mismo meridiano. En ese año, Hitler
unificó todos sus terrtiorios bajo el mismo horario, el de Europa Central. Como
Francia estaba invadida por los alemanes, les obligaron a establecer este
horario. Reino Unido y Portugal también adoptaron ese horario, aunque ellos lo
hicieron por cuestiones bélicas y no cometer errores horarios con sus aliados.
Franco también lo cambió como un gesto de cortesía y de amistad hacia la
Alemania hitleriana. Una vez acabada la guerra los británicos y portugueses volvieron
a retrasar el reloj como les corresponde. Los franceses lo dejaron sin cambiar
puesto que la mayor parte de su
territorio está dentro del horario central europeo. España, que está de lleno
en el horario occidental, ni se lo planteó. Se quedó con la hora desfasada.
Esto puede parecer algo banal, pero no es
así. España está en desfase entre el horario solar y el oficial. En Galicia hay
la misma hora que en Varsovia, cuando la distancia entre ambas es de más de
2000 km. Algo falla y no son los polacos.
Aquí se explica la razón por la que tenemos
algunas de las costumbres españolas. El horario tardío de la comida y cena en
relación al resto de países. En realidad estamos comiendo con coherencia a
nuestro hora real, pero al ir una hora más por eso se hace tan tarde.
Parece que el gobierno y el resto de partidos
se están tomando en serio la posibilidad de volver al lugar que nos corresponde. El pasado verano aceptaron
a trámite el estudio del impacto que conllevaría volver al horario oficial.
Amanecería y oscurecería antes, por lo que
habría que entrar a trabajar más temprano y saldríamos una hora antes. EL prime
time de la televisión se adelanta, los partidos de fútbol serían a una hora más
normal, etc. Habría muchos cambios, aunque el cambio horario no sería
suficiente si no viene acompañado de una racionalización de los horarios
laborales y comerciales. De nada sirve entrar al trabajo a las 7, parar a la
una, volver a las 16 y salir a las 19. Estaríamos en las mismas. Lo ideal sería
la jornada continua en el trabajo o reducir el parón para comer. Saliendo a las
cinco de la tarde se puede conciliar la vida familiar y laboral y habría tiempo
para disfrutar más de muchas cosas que ahora se pierden en las interminables e
improductivas jornadas laborales.
En unos meses sabremos si hay cambio de
costumbres o seguimos con nuestro MADE IN SPAIN